lunes, octubre 02, 2006

Al agua patos.

Viernes 8 de Septiembre del 2006

7:30 Ya estamos en pie, damos un paseo por el camping para localizar la entrada de la playa, el ultimo día de nuestra ruta, desembarcaremos definitivamente en esta playa.

8:30 Después del obligado cafecito con leche, cogemos el bus para ir a comprar a Alghero. Gas y un poco de comida fresca para los primeros días.

No nos ha costado mucho localizar la tienda donde vendían el gas ni el súper, nos llama la atención que hay mucha vida aunque aun es pronto. Mientras esperamos el bus para volver al camping nos regalamos un expreso y un mega donut.

10:15 De nuevo en el camping, aprovechamos para ordenar un poco los trastos i desmontar la tienda antes de que llegue el chofer con nuestro transporte. Empaquetamos los plásticos protectores que hemos traído para el envolver los kayaks en el viaje de vuelta y colocamos en su sitio, en las popas la comida correspondiente a los últimos días.

12:00 Nuestro transporte llega puntual, aunque esta vez viene un chofer diferente. Cargamos los kayaks en la furgoneta y hacia Stintino unos 70 Km. al norte de nuestro camping.

13:00 El chofer nos sugiere ir a otra playa que no es la que nosotros hemos escogido. Según el donde pretendemos ir deberemos caminar un 800m desde donde pueda parar la furgoneta y teniendo en cuenta el peso de los kayaks cree mejor parar antes.

Entramos en la playa que el nos sugiere, pero viendo a lo lejos la isla de asinara, me parece muy lejos. Le pregunto cuando queda hasta la playa que nosotros habíamos escogido y nos dice que unos 4 Km. La playa es parte de unas salinas, y hacer cuatro kilómetros por ese paisaje poco vistoso nos parece una perdida de tiempo. Le agradezco la sugerencia pero le pido que nos lleve a la Pelosa, nuestro destino original. Si hace falta montaremos el carro y llevaremos los kayaks hasta el agua.

Finalmente no hace falta. La playa anterior a la Pelosa es perfecta, tenemos el agua a 50 metros de un recodo de la carretera donde podemos parar. Ya estamos nerviosos, descargamos los kayaks y les sacamos el envoltorio. Le pedimos al transportista que nos guarde los cartones. Finalmente nos han parecido tan o mas importantes como los plásticos. No hay problemas, nos lo guardaran junto con los plásticos en sus almacenes.

Colocamos los kayaks junto al agua y empezamos a cargarlos distribuyendo los paquetes según el peso de estos. Empezamos bien pero finalmente hay cosas que no podemos ponerlas a nuestro gusto, son muchas cosas a llevar y los tamaños y pesos no se adaptan del todo a nuestros kayaks. Los próximos kayaks los compraremos de goma. De todas formas la cosa ha quedado decentemente bien.

14:30 Aunque parezca mentira con todo ese peso y con nosotros aun flotan. Estamos en el agua. No teníamos hambre y hemos decidido empezar la ruta y parar cuando nos pique el hambre.

El buen tiempo nos acompaña, estamos contentos y es muy agradable ver como los kayaks tan cargados navegar a la perfección.

Dejamos atrás la Isola Plana, pequeña isla que se interpone en el estrecho de agua que separa Cerdeña de la Isola de Asinara. Encontramos las primeras rocas. Muy abruptas con puntas afiladas mirando al cielo, amenazantes.

En nuestros oídos solamente el sonido del mar y de nuestras palas esquimales besando el agua. Las gaviotas que vimos en la playa pelosa, han desaparecido. Solo vemos, de vez en cuando, algunos cormoranes inmóviles sobre las negras rocas. Llegan a confundirse con ellas. Solo se mueven para huir de nosotros al llegar a su altura. Deben de estar vigilándonos, están inmóviles hasta que nos quedan unos 10m para llegar a ellos.

Mas o menos a la mitad de nuestro recorrido previsto para esa tarde, vemos una entrada del agua en la tierra, una bahía que a pesar de estar lleno de restos que el mar va dejando podría llegar a desembarcarse en caso de necesidad. La soledad, y la visión de los restos de todo tipo le llena a uno de tristeza.

Continuamos nuestro camino de repente el paisaje cambia. Las rocas ya no son ni negras ni afiladas. Son de un gris claro y redondeadas, desgastadas por el viento. Hasta nosotros nos llegan las visiones de las montañas de Montserrat y la pedrera de Gaudí. Supongo que simplemente es una diferencia de tipo de roca. Quizás deberíamos llevar en el próximo viaje un kayakista geólogo.

Según el GPS nuestro destino esta cerca. Avanzamos y encontramos la cala. No es muy grande y esta llena de rocas y maderas llegadas con el mar. Tenemos el sitio justo para colocar nuestros kayaks y poder habitarla.

Con un generoso baño, celebramos llegada a nuestra primera etapa.

Para comer unos emparedados de jamón dulce y queso en Con pan de pita y una naranja. A ver cuanto dura la comida fresca.

Después de pasar la tarde entretenidos con una siestecita, el diario y cuatro cosas mas, nos disponemos a cenar.

Nuestra percepción de lo bien distribuida que iba la carga, aquí empieza a cambiar. Va demasiado dispersa, pero los dos kayaks están totalmente llenos, y no hemos sabido hacerlo mejor.

Nos hemos encantado demasiado con la buena vida, y se nos ha echado la noche encima antes de hacer la cena. Una nueva lección. Se cocina mejor con luz.

Mientras movemos los bigotes, oigo como caen unas piedrecillas por nuestra zona, y después una mas gorda junto a los kayaks, donde pensábamos dormir. Así, que la prudencia nos lleva a resituar el campamento. Movemos los sacos unos metros, que ya estaban preparados y recolocamos los kayaks. Seguramente hay pájaros o murciélagos en las rocas que tenemos sobre nuestra vertical que hacen caer piedras.

Antes de estirarnos a contar estrellas, recibimos la previsión del tiempo. Anuncia un pequeño cambio de tiempo para la tarde del dia siguiente. Solamente un aumento de la fuerza del viento.

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