lunes, octubre 16, 2006

Despedida , agradecimientos y propaganda.

Bueno, y hasta aquí hemos llegado. Con estas líneas me gustaría dar por cumplido el compromiso adquirido. Espero que lo escrito haya sido interesante y ameno de leer.
Han sido unas semanas de trabajo y una dedicación especial, pero ha sido agradable hacerlo.

El blog no crecerá ni se cerrara y evidentemente se contestaran los mensajes que a este puedan llegar, pero sinceramente no tengo intención de hacer otro. Antes de darle el formato de blog a la redacción estuve albergando diferentes posibilidades y una de ellas era crear una web para los diferentes viajes. Seguramente tampoco eso se llegue a hacer pero, en la cabeza me siguen rondando ideas que quizás alguna de ellas tome forma y siga redactado las salidas en algún otro marco. Tiempo al tiempo.

Quisiera también aprovechar para agradecer los ánimos que tanta gente me ha hecho llegar (normalmente en privado, hay que ver que tímidos somos ehhhhh).
Agradecer así a quien me leyó desde España, desde Inglaterra, desde Francia, desde Alemania, Desde Argentina, y a quien sin manifestarse lo haya hecho desde algún otro sitio. A todos ellos mi mas sincero agradecimiento.

Un abrazo y nos vemos en el agua.
blau.


P.D. Para quien no este al corriente (me consta que sois muchos los que lo estáis) ya esta en marcha el “ II Symposium Internacional de Kayak de Mar 2007” No me voy a extender en la información, pero aquí os dejo el link donde poco a poco ira incrementándose esta. Creo que será mas que recomendable la asistencia.

http://pagaia.cat/symposium07/sympoe.html

viernes, octubre 13, 2006

Resumen final y banda sonora.

El tiempo, ya no mejoró. Pasamos los dias haciendo turismo y mirando la información sobre el tiempo y disfrutando del pueblo sardo.
Las comunicaciones con Barcelona, nos decian que habia pasado una gran borrasca por Catalunya. Seguramente ahora nos llegaba a nosotros.

En esos dias tuvimos un poco de todo. Interesantes conversaciones, nuevos datos sobre el parque nacional de l'Asinara, lluvia, sol, mas lluvia, incluso una punta de fuerte tormenta hizo volar nuestra tienda de campaña, con dos sacos, dos colchones un par de toallas y algo mas de ropa, a unos 50m de donde la habiamos plantado.

Pero todo eso, son otras historias, y nada tienen que ver ya con la nuestra navegación.

El viaje de vuelta en avión, no tuvo mas historia que la que ya explicamos en el inicio del viaje y me parece absurdo volver a repertirlo.

Si acaso, comentar una cosa. A menudo cuando navego, suele venirme una musiquilla a la cabeza que acabo entonando en voz alta mientras paleo.

Por gusto, por admiracion, o quizas porque, yo tambien nací en el mediterraneo, la cancion de Joan Manuel Serrat, "Mediterraneo" suele ser la mas habitual. Pero en esta ocasion no fue así. Si era de Serrat, pero no esta. Esta vez era una diferente, aunque me venia a la cabeza solo a trozos. Es una cancion que creo que, habla del protagonista del viaje. El Agua. Lo primero que hice cuando llegue a casa fue escucharla. Espero que os guste, aqui os la dejo a modo de banda sonora de este viaje y este blog.

EL HOMBRE Y EL AGUA

Si el hombre es un gesto

el agua es la historia.

Si el hombre es un sueño

el agua es el rumbo.

Si el hombre es un pueblo

el agua es el mundo.

Si el hombre es recuerdo

el agua es memoria.

Si el hombre está vivo

el agua es la vida.

Si el hombre es un niño

el agua es París.

Si el hombre la pisa

el agua salpica.

Cuídala,

como cuida ella de ti.

Brinca, moja, vuela, lava,

agua que vienes y vas.

Río, espuma, lluvia, niebla,

nube, fuente, hielo, mar.

Agua, barro en el camino,

agua que esculpes paisajes,

agua que mueves molinos,

agua que me da sed nombrarte,

agua que le puedes al fuego,

agua que agujereas la piedra,

agua que estás en los cielos,

como en la tierra.

J.M.Serrat.






miércoles, octubre 11, 2006

Una decisión.

Jueves 14 de Septiembre del 2006.

Pasan las horas y no puedo dormir. Se me llenan las manos de arena, entra arena en el saco... hoy todo son inconvenientes.

De repente, una gota en la cara. Llueve. De un salto me levanto y despierto a Montse. Rápido, a la roca. La lluvia aumenta pero no nos importa, estamos a cubierto. Estrechos, pero a cubierto.

Aquí, en este pequeño espacio, es donde retomaremos la clases ya casi olvidadas de la escuela en nuestra infancia. ¿Alguien recuerda como se forman los ríos? Como las rocas mas o menos porosas cierran el paso o abren camino a la canalización del agua.

Pues las rocas que nos cubren son porosas. Después de un rato de lluvia, empieza a caer gotas sobre el colchón, junto a mi cabeza. Y minutos mas tarde, empieza a caer agua sobre la zona de los pies de mi saco. Joder, que nochecita. Nos movemos medio metro hacia arriba y parece que ya no nos mojamos. Aunque solucionado el problema, ahora nuestras costillas y nuestras cabezas, descansan (por decirlo de alguna forma) sobre sendas rocas.

Y así pasan las horas, hechos un cuatro, conseguimos dormir apaciblemente hasta la llegada del día.

Hay que aclarar para quien lea este relato, que la mala noche no es causa de la dificultad de una expedición como la nuestra, sino mas bien por un exceso de confianza y por tanto de nuestra negligencia. Debimos montar la tienda.

El panorama, no es demasiado bueno. Algo mojados, mal dormidos, un cielo totalmente negro y una previsión meteorológica funesta y amenazante de certeza.

Hay que pensar deprisa y tomar decisiones. Ahora no llueve, pero el cielo tiene mala pinta. Realmente nos quedan dos jornadas de navegación y sobretodo nos interesa la segunda. Pero tanto el tiempo como la previsión son nefastos. Parece que hasta hoy las malas previsiones del tiempo se han ido retrasando y hemos salido bien parados, pero la cosa ha cambiado. Con cierta pena hay que finalizar la ruta antes de lo previsto. Así son las travesías y no podemos quejarnos, hemos tenido una semana de un tiempo perfecto y unas navegaciones calmadas y placenteras.

Este es un buen sitio, aquí podemos avisar para que nos vengan a buscar. Seguramente podríamos intentar seguir, y hacer parte de la ruta bajo el agua. Eso no seria un problema, pero la zona deseada es un día mas tarde y es famosa por la viveza de su mar. Quizás mañana la cosa este peor y nos encontremos en una zona inhóspita.

Pero no hay tiempo para tristezas. Si no nos damos prisa volverá a llover, Lo recogemos todo lo mas rápido posible, nos disponemos a cruzar la bahía hasta la zona del chiriguito del día anterior y allí llamar a nuestro transporte para que nos recojan.

Mientras recogemos, no dejamos de mirar hacia el horizonte, donde quedan nuestras dos rutas pendientes, con la esperanza de que el tiempo cambiase milagrosamente, pero evidentemente no es así. El paisaje es totalmente negro. De hecho al final se aprecia una cortina de lluvia bien definida.

No hemos tomado ni un bocado y ya estamos en el agua, no tardaremos ni 10 minutos en llegar al bar, y allí tendremos tiempo para comer.

Es una lastima, la navegación en este estado es encantadora.

Como si nos hubiese estado esperando, nada mas llegar y sacar los kayaks del agua, la lluvia hace acto de presencia. Nos refugiamos en el bar que aun esta cerrado y esperaremos a que sean las 9:00 para llamar al transporte.

9:00 Llamamos por teléfono. Hablo con Miquel, el dueño de la agencia. Le digo donde estamos y que necesitamos que nos vengan a buscar. No hay problema, localizara a un chofer y en media hora nos recogen. Perfecto. Además del transporte nos sirven de Ángel de la guarda.

Llueve poco, mientras vamos comentando las posibilidades que tenemos, vamos comiendo unos cacahuetes con miel y unos zumos. Desde la terraza del bar, vemos un entarimado de madera. Nos vendrá bien. Sacamos cuatro cosas de los kayaks y después de limpiar el casco, de un tirón los depositamos sobre el entarimado. Así no entraran en la furgoneta con arena y nos evitaremos ponerlo todo perdido o rayar en exceso los kayaks.

Llegan los propietarios del bar y abren, ahora podremos tomar algo caliente.

En la playa, solo estamos nosotros, una pareja haciendo footing y un perro que ha venido a saludarnos cuando hemos desembarcado.

Mientras marchan nuestros cafés con leche, va llegando personal del bar. Parece que también es un centro de surf. Uno de los hombres, hace referencia al tiempo y nos pregunta si los kayaks son nuestros. El hombre esta al día de la meteorología de la zona. Supongo que siendo surfista de la zona es normal.

Le explicamos la ruta que hemos hecho y a pesar de que no entiende porque hemos dado la vuelta a la isla asinara de Oeste a Este, tampoco nos da una razón por la que deberíamos haberlo hecho al revés. El vuelve a su trabajo y nosotros a nuestros cafés.

También aparecen a escena los la pareja que corría por la playa. También son surfistas y no pueden ejercer. Llueve pero no tienen olas. Hablamos también con ellos, son alemanes y nos preguntan por los kayaks, su carga y su peso. Dicen que hay una previsión de Beaufort 6-7 en aumento para Cappo Caccia (nuestro destino), aunque no sabemos si para el surf eso es bueno o malo.

10:30 El transporte aun no ha aparecido. Suena el móvil. El Miquel. El chofer no nos encuentra. Intento explicarle mejor donde nos encontramos y 10 minutos después vemos aparecer la furgoneta. Nos despedimos del personal del bar y nos ponemos a cargar los kayaks en la furgoneta.

Una vez dentro, nos dirigimos al camping. En 30 minutos estaremos allí, ya nos quedaba muy poco. Soñamos con la posibilidad de que el tiempo mejore y podamos, de alguna manera, hacer de alguna manera al menos la ruta que mas nos apetecia. Podíamos salir desde el camping y hacer la ruta inversa o bien volver a pedir un transporte hasta la zona deseada. El tiempo mandara.

También soñamos con nuestro Bungalows, después de tantos días durmiendo en el suelo, será un lujo reencontrarnos con la comodidad de una cama. Además sigue lloviendo.

Llegamos al camping y la recepción esta plagada de coches. Mientras yo descargo los kayaks con el chofer, Montse intenta conseguir unos bungalows por los días de adelanto que llevamos, nuestra reserva es para dos días mas tarde.

Me despido del chofer y voy a ver como esta el tema. No hay nada que hacer, el camping esta lleno y la única solución es montar la tienda. Que le vamos a hacer.

Localizamos una zona para acampar en un pequeño montículo donde no se acumulara el agua y dejamos allí los kayaks para reservar el sitio. La tienda la montaremos mas tarde. A ver si deja de llover.

Vamos a comer y a darnos un paseo por el pueblo. Abrigados con forros e impermeable. Tan pronto deja de llover, como cae un chaparrón.

El día transcurrió con normalidad, poco a explicar. Lo normal en días de turismo. Montar la tienda, darse una ducha en condiciones, paseitos, mirar al cielo a ver si mejora... poco mas.

Bueno, algo si hubo una nueva visita al restaurante recomendado. Creo recordad que dejé la explicación para mas adelante.

El restaurante: Les Arenes.

Aquí uno tambien vuelve a su niñez. ¿Recuerdan ustedes cuando les explicaron el sistema metrico decimal?

Pues para quien no asistio a clase aquí les dejamos una pequeña lección:
Esto es MEDIO METRO DE EXCELENTE, FINÍSIMA Y DELICIOSA PIZZA.

Y ESTO UN METRO DE EXCELENTE, FINÍSIMA Y DELICIOSA PIZZA.

Sobran las palabras.

martes, octubre 10, 2006

¿Meteorología o sentido común?

Miércoles 13 de Septiembre del 2006.

7:00 Es la noche que hemos dormido mejor. Mientras Montse prepara el desayuno y va empezando a recoger, yo vuelvo a subir al monte “Sinaí”, como Sansón... o como Pilatos... o, no se, es igual que siempre me lio. La cuestión es que una vez arriba de nuevo, recibí los mensajes de la meteo que no llegaron anoche. La previsión es todavía peor que lo que nos habían avanzado el día anterior.

De nuevo a pie de playa, discutimos el tema y nos ponemos de acuerdo. Salimos.
El cielo está claro, no hay viento y el mar está tan quieto como el agua de un pantano. Pensamos que la previsión, como tantas otras veces, se puede desfasar unas horas. De todas formas, si la cosa se complica en días venideros, en esta cala estamos bastante aislados. Si empezamos a navegar y a media ruta hay que pararse, eso que llevaremos avanzado y quizás estemos en una cala mas accesible a civilización o transporte.

La primera parte del recorrido era como el final de día anterior, grandes montañas con pequeñas calas a sus pies, donde de vez en cuando, vemos a alguien pescando o bañándose. Algunas casas dispersas empiezan también a aparecer en el paisaje.

Pero esto vuelve a cambiar, y volvemos a las paredes de piedra afilada y a las pequeñas cuevas en recodos escondidos o disimuladas tras unos escollos.


A lo lejos, se ve una edificación, en medio de una montaña, mirando al mar. Inmejorable situación. Vamos acercándonos y nos extraña su aspecto, no parece una casa. Precediendo a la edificación encontramos en un rinconcito, una cala “completa” Con su arena fina, sus bañistas, su chiringuito y su aparcamiento. Que curioso, seguramente será la única de la zona con buen acceso.

A la altura de la cala, ya podemos ver con precisión la edificación. Evidentemente no era una casa. Era un cementerio con vistas al mar. Quizás sea un cementerios de marineros de la zona.

Tras doblar el ultimo recodo de la montaña donde esta instalado el cementerio, una nueva sorpresa. Un pueblo.

Vemos la mitad en ruinas, con algunas de las casa sin techo y la otra mitad totalmente moderno. Es una visión extraña. Tan arrinconado y dividido por la construcción y la dejadez de la zona antigua. Parece como si un antiguo pueblo se hubiese convertido en una zona de recreo o pueblo de veraneo.

Hasta aquí ha ido todo perfecto, el buen tiempo nos ha acompañado, ridiculizando la previsión meteorología. Hemos podido ver muchos peces saltando del agua. Acostumbramos a ver pequeños grupos de tres o cinco peces saltando, pero hasta ahora no habíamos visto bancos de cincuenta o sesenta peces de un tamaño considerable. Habrá que aprender a pescar. Estoy seguro que hubiésemos cenado pescado cada noche.

Frente al pueblo, hemos comido algo, y seguimos nuestro camino. Antes de encarar la bahía de Porto Ferro, nuestro destino, aun encontraremos alguna cueva y podremos volver a comprobar la transparencia del agua.

Aquí la cosa se complica. Se levanta el viento y ya no nos abandonara hasta el desembarque. Un intenso viento de proa que viene de tierra, de la misma bahía.

Es un viento que a mi no me desagrada. Me hace trabajar y no da descanso, pero después de diez minutos con la cabeza baja, intentando dar la menor resistencia al viento y concentrado en el paleo, noto como los músculos de la espalda se calientan y trabajan(Si si, es curioso, tenemos músculos ahí).

El kayak va recto como una aguja sin necesidad de la orza y tengo la sensación de estar cansado pero de no poder parar hasta llegar a la bahía.

A cincuenta metros de la arena, el viento cambia y pasa a ayudar al paleo. De hecho bajo la orza, recojo la pala en las gomas de mi kayak, y mientras espero que Montse llegue hasta mi, voy avanzando con la única ayuda del viento. Es un momento encantador. Notas el cansancio, la recuperación del cuerpo, y mientras tanto, con la mirada voy escogiendo la mejor de las zonas para acampar.

Tras desembarcar y darnos un baño a comer. Hoy tenemos menú especial. Pasta, con un sofrito hecho con los restos del chorizo de Salamanca, una cebolla, aceite de oliva virgen extra y el tomate deshidratado que nos han regalado y hablado maravillas de el.

El resultado, que queréis que os diga, me estoy relamiendo mientras escribo esto.

Nos ha sobrado pasta. Es curioso que a pesar de hacer mucho mas ejercicio que en Barcelona, no tenemos mucho hambre.

Ya hemos comido, y yo ya tengo la cabeza en otro sitio. La parte de la bahía donde hay gente. Cualquiera podría encadenar mis pensamientos: Gente, civilización, playa, chiringuito... CERVEZAAAAAAAAAAAAA.

Esta algo lejos para afinar la vista, pero quiero suponer que la edificación que veo junto a los coches, es un chiringuito de playa. No aguanto mas. Mi reino por una cerveza fresquita.

Recogemos un poco los útiles de cocina y guardamos las sobras de la comida, para la cena y allá que vamos.

A medida que nos vamos acercando, se me va haciendo la boca agua, es sudor de mi frente aumenta y el ruido de la gente en la playa me resulta imperceptible. Como este cerrado, me voy a tirar llorando tres días.

Mientras vamos caminando, vemos que la playa, a pesar de no ser nudista, conviven vestidos y desnudos con total naturalidad. Cada uno hace lo que quiere sin ser increpado por los demás. Y pienso yo: ¿Es tan difícil de entender? ¿ Porque tenemos que catalogar una playa como nudista o no nudista? ¿Por qué no podemos compartir un espacio tan libre, con total naturalidad?¿Será que aun no somos una sociedad tan abierta y libre como nosotros mismos creemos?¿Será que realmente no queremos ser una sociedad TOTALMENTE LIBRE? No lo se, pero todos estos pensamientos me llevan a la puerta del chiringuito. ESTA ABIERRRRRRRRRRRRRRRTO.

Tengo que poner al día el diario, pero antes que me traigan la cervecita.
La verdad es que entre letra y letra, han caído 3 botellas de 66cl. Bien para quien no este para sumas 66*3=198. Unos 200cl= 2 Litros. Un litro de cerveza por cabeza. Que aunque la señorita no ha insistido tanto, tampoco ha puesto pegas a la hidratación dorada. Si a la cerveza, le añadimos un par de expresos, redondeamos la tarde. Esto es vida.

Y no ha sido solo beber cerveza, Hemos podido poner el diario al día y hemos cazado una avispa (Sin querer ehh, ella se lo ha buscado. Quería cerveza y eso si que no).

Antes de irnos del bar, ya tenemos la previsión del tiempo, es cada vez peor, aunque visto como ha ido el día, la credibilidad de la previsión esta por los suelos. Esperaremos a ver como sale el sol.

Para cenar, los restos de la pasta. Como suele pasar, a menudo la pasta gana con las horas, aun estaba mas buena.

Va anocheciendo y nos metemos en los sacos. Un día mas.
Me cuesta dormir y hoy las estrellas no salen, un par de relámpagos siguen redactando una crónica que no queremos seguir leyendo. A ver si va a llover, dice Montse. No creo, de todas formas si llueve nos metemos en el hueco de aquellas rocas. Detrás, teniamos unas rocas con la parte baja erosionada por el viento o las olas creando una pequeña zona cubierta, ya la habíamos utilizado para hacer la comida. Finalmente conseguimos dormirnos.

viernes, octubre 06, 2006

Cerdeña

Martes 12 de septiembre del 2006

7:00 Vemos salir el sol y nos levantamos. El agua empieza a escasear, asi es que hemos decidido parar unos minutos en la playa “la Pelosa”, ya en Cerdeña, para recargar agua y aprovechar para tirar la basura que generamos y que evidentemente arrastramos con nosotros.

Preparamos los kayaks y desayunamos un poco, pan de mita (ya hecho trozos) con mermelada y unos zumos.

Después nos disponemos a salir, pero las medusas han madrugado mas que nosotros y han ocupado zona de embarque. Con cuidado y algo de trabajo, entre los dos conseguimos salir ilesos. Poco después, llegamos a “la Pelosa” solo se ven apartamentos y un par de restaurantes de playa. Dejamos los kayaks en la playa, ya hay gente que esta cogiendo sitio. Hoy tendrán un día espléndido de playa. Vamos a tirar la basura, y de paso damos un vistazo a la zona buscando una fuente o un comercio para comprar agua. Nada, tendrá que ser en un restaurante. Cojo la botella de 5 litros, que llevamos ya vacía, y entramos en el que tenemos mas cerca. Pedimos permiso y nos indican que la llenemos en el baño. Aunque el éxito no es completo, porque la botella no cabe en el lavamanos, haciendo un apaño puedo llenarla bastante, unos 3 litros. Con eso y lo que aun nos queda no tendremos problemas hasta volver a rellenar. Ahora el problema ya no es tan preocupante como en la Isla de Asinara, en lo que nos queda de viaje iremos encontrando civilización.

Empezamos la travesía por la isla de Cerdeña. El Capo Falcone es lo primero que nos encontramos. Una enorme pared de roca negra con un par de cuevas poco profundas donde podemos entrar.

Vamos disfrutando de la soledad del paisaje y buscando la cala, donde teóricamente deberíamos haber dormido.

Cuando la encontramos, nos damos cuenta de que hemos tenido suerte. Allí no se podía desembarcar. Realmente pasará mucho rato hasta que encontremos una zona donde hubiésemos podido acampar. El paisaje es sobrecogedor. Muros altos e inaccesibles.

Seguimos con este paisaje bastante tiempo, hasta que una vez mas, cambia radicalmente. Vuelven los colores, las playas se suceden y cualquiera hubiese sido buena para poder parar, pero todavía estamos a mitad de camino.

Hay otra cosa que me llama la atención. Hasta ahora, habíamos visto enormes playas de ese verde turquesa que he mostrado en alguna foto. Eran como grandes capas donde en el fondo había arena y no rocas. Pero mientras paleaba, mirando al Oeste, y el color del mar, me he dado cuenta de que este color casi hasta el mismo horizonte. Es precioso. Paro, recojo la pala bajo las gomas, saco la orza para estabilizar el kayak un poco, y simplemente... miro. Quizás seria mas preciso decir: admiro.

Cuando Montse llega a mi altura, aprovechamos para comentarlo y comer algo. A estas alturas, alguno ya se habrá dado cuenta que desembarcamos poco. La verdad es que aunque estoy de acuerdo con que hay que parar, a nosotros no nos gusta mucho. Nos produce una pereza mayúscula embarcar y desembarcar, casi la misma que volver a arrancar una vez hemos parado. Así es que comemos en el agua. Si hace falta hasta sacamos las piernas de la bañera, pero en el agua. También así las paradas son mas cortas.

Así es que... ya hemos comido. Seguimos avanzando y pasamos junto a la isla del Porri la verdad es que la gracia de la isla, no pasa del nombre. Pero me hizo gracia. Es mas un gran peñasco que una isla.

Miro el GPS y calculo que nos deben quedar unos 6 Km. para llegar a la zona donde acamparemos.

Las calas se han acabado, nosotros ya vamos de cara a la nuestra. Empezamos a estar cansado y encontramos una gran cala, pero según el GPS esa no es la nuestra. Seguimos adelante aunque nos ha gustado bastante. Mientras buscamos nuestro rinconcito, se levanta un poco el aire y el mar. Es una zona con escollos y el mar se mueve.

Justo detrás de unos escollos que tenemos a la vista esta nuestra cala, nos dirigimos a ella, el viento sigue en aumento, pero ya nos queda poco. Nos juntamos un poco para pasar esta zona, en zonas con dificultad mejor estar pendiente el uno del otro.

Al girar la ultima roca, vemos que nuestro destino es peligroso. Una pequeña cala donde están empezando a romper las olas, si el agua sube un poco y aumentan las olas que rompen, podríamos tener dificultades.

Hacia delante no divisamos calas, así es que allí mismo, entre las olas, damos media vuelta y nos volvemos hacia la cala que tanto nos había gustado.

El regreso será menos tranquilo. Es curioso, como, cuando el mar se complica, el cuerpo se rearma. Aunque estábamos cansados, volvimos hasta la gran playa sorteando olas, escollos con total agilidad.

Al llegar a la playa, vemos que no estaremos solos. Hay una pareja con un par de niños, desembarcaremos en la otra punta de la cala. Es larga y hay espacio para la tranquilidad de todos.

De repente al acercarme a la arena, veo que el padre empieza a correr, que curioso. Aunque enseguida caigo que en seré el protagonista de la película del día. Ha revuelto su gran bolsa de playa, ha sacado la cámara de su funda y ya soy el protagonista de sus primeros planos. Espero hacer un desembarco digno.

Como no, lo primero que hacemos después de colocar los kayaks es darnos un baño reparador. Mientras estamos en el agua oímos una vocecilla que nos dice: estoy aquiiiiiiiiii, estoy aquiiiiiiiiiiii. Era el Chorizo, pobrecito, ya que esta abierto, no lo vamos a dejar ahí para que se eche a perder. No se si fue mejor el menú o la siesta posterior.

Esta cala, comparte junto con las otras que habíamos visto anteriormente, una característica curiosa. Esta situada bajo una montaña de difícil acceso. Se accede a ellas mediante unas pistas muy inclinadas, que solamente me atrevería a usarlas con un 4X4 y desde donde se debe dejar el coche, seguir a pie el resto de la montaña.

Tendremos la oportunidad de comprobarlo.

A media tarde, vemos como la familia feliz, inician el ascenso por un mínimo camino que les lleva hasta la cima. Evidentemente, con la sombrilla la bolsa de la playa, la nevera y los dos niños. Todo un circo.

Un rato y algún baño después, caemos en la cuenta de que la cala esta rodeada de montaña, con lo cual seguramente no tendremos cobertura en el móvil para recibir el parte meteorológico. Comprobamos y .... efectivamente. ¿Qué quiere decir eso? Pues que ahí va el que suscribe, caminito arriba con el móvil en la mano y las chanclas en los pies. Aquí empecé a darme cuenta de la magnitud de la tragedia.

El camino en si, además de estrecho, esta muy inclinado, en mas de un sitio tengo que ayudarme de las manos para no caerme. No quiero pensar subir esto con una sombrilla una nevera y bultos varios. Un esfuerzo mas y llego a lo yo creía que era la parte alta.

Una vez arriba, respiro, miro hacia donde esta Montse con los kayaks y me giro para ver el final del camino. Joder, si a media subida ya me había acordado de todos los santos de Cerdeña, cuando vi el camino que seguía me quede sin habla. La pista no era estrecha, pero su inclinación se había multiplicado. Busco en el móvil un mínimo esbozo de cobertura, pero nada. Ale, para arriba, con dos cojones. Como todo buen relato, entenderéis que no podía obtener cobertura a media subida, no no no. Hasta arriba. Y claro, a quien se le iba a ocurrir subir agua. Que éxito. No entiendo como la gente tiene el valor de ir a esta playa, aunque quizás por eso no esta masificada. Tengo calor, estoy cansado y tengo los pies que, como diría mi madre, “me cantan coplas” No es el mejor calzado para subir a estos sitios.

Estoy arriba y después de recibir una rayita de cobertura, veo que aun no tengo el parte. Envío un SMS a mi sobrino para que me lo adelante, pero no obtengo respuesta. Debe estar trabajando. Intento contactar o otros “proveedores de información” pero nada. No hay suerte. Que triste, para abajo sin haber conseguido nada. Tendré que volver a subir. Como mínimo, las vistas valen la pena. (si si, habéis acertado, tampoco subí la cámara).

La bajada... fue peor, con el calor, vino el sudor, y con el sudor la autodeterminación de mis pies respecto a las chanclas. Fijar el pie era una utopía. Ahí que voy yo bajando con pasos de 20cm. Parecía “las muñecas de Famosa”. Lo único que me reconfortaba en ese momento, era que ese ridículo inconmensurable lo estaba haciendo en ausencia de cualquiera de mis punzantes amigos. Hubiesen durado las risas el resto del año.

20 minutos mas tarde y con todo el santoral repasado, llego a la playa. Necesito un baño.

Aunque parezca increíble, aquí tampoco estamos solos. Desde la arena, y mostrándole a Montse el camino, vemos tres halcones volando. No se si tendrán algo que ver con el nombre del norte de la isla “Capo Falcone” esto esta alejado.

Mas relajado y sin querer pensar en que después tendré que volver a subir, oigo a Montse que dice: Ui, igual me ha dado demasiado sol en las manos. Mierda, le miro las manos, y las tiene algo hinchadas. Hasta donde llega la coquetería de las chicas.

Con los guantes puestos se le ponen, a la señorita, los deditos morenos y el resto de la mano se le queda blanca. Pues mira, ahora si que tenemos un problema. Esperemos que no sea demasiado tarde.

Buscamos en el botiquín, y aplicamos un poco de crema para quemaduras. (Botiquín, siempre botiquín) y cuando la piel absorba la crema, los guantes puestos hasta para ir a mear.

7:00 Hay que volver a subir. Mi sobrino habrá vuelto a casa y podrá enviarnos el parte. Esta vez los dos, que las penas compartidas son mas llevaderas. Eso si, cámara en mano y escarpines en los pies. Se nos cocerán pero el trayecto no será tan peligroso. Después de un par de paradas ya estamos arriba. El único mensaje que obtenemos es el de mi sobrino que dice que estará en casa pasadas las 19:30 y que entonces nos enviara el parte. El sol esta bajando y no queremos hacer el descenso de noche. Podría ser peligroso de verdad.

Llamo a Sergi, el amigo que nos llevo al aeropuerto por si esta en casa y nos puede pasar el tiempo. Esta en la ducha, Ester coge el recado y me dice que cuando salga nos enviara el mensaje.

Pasa el tiempo y sigue bajando el sol. Los mensajes no llegan. Ni uno, ni otro. Empezamos a preocuparnos. En la ultima previsión(que es de dos días) ya anunciaban mal tiempo.

De hecho al bajar la primera vez, hemos tenido que montar la tienda en un ataque de “cagalera”. Una nube negra, que curiosamente, yo no había visto en la cima, había cubierto la cala y había levantado un fuerte viento y había dejado caer un trueno que nos puso la piel de gallina. Parecía que se hubiese roto el cielo. A mi los truenos jamás me han asustado, pero reconozco, que aquel pudo con mi valor. Como hemos podido, hemos montado la tienda. El viento lo ha evitado en un par de intentos, y después de perder una piqueta, la tienda ha quedado montada y atada a los kayaks y a un gran trozo de madera que hay en la arena.

Seguimos sin recibir respuesta y el sol nos indica que debemos bajar. Además por alguna extraña razón, perdemos cobertura. Mañana será otro día y lo volveremos a intentar.

Con los escarpines la bajada se hace mas digna y en 10 o 15 minutos estamos abajo.

La nube y el viento ha desaparecido, pero dejamos la tienda montada por lo pudiese pasar.

Con todo este follón, se nos ha pasado el hambre, aunque decidimos comer algo por el tema energético. Una sopita de pescado con los restos minúsculos de pan de pita entran bien. Después un Carajillo, Se ha terminado la leche condensada.

Como se puede apreciar en las fotos, hoy hemos sido unos privilegiados, hemos visto salir el sol y tambien hemos visto la puesta.
Y para colmo, hoy el cielo esta mas lleno de estrellas que ningún otro día. Que maravilla.

jueves, octubre 05, 2006

Adios Asinara.

Lunes 11 de Septiembre.

Nos ha costado dormir, todo el día sin hacer nada y encima a dormir prontito para poder madrugar.

Hoy he aprendido una cosa muy importante: La cámara debe dormir conmigo.

6:30 Hace frío. Que pereza salir del saco. Abrimos los ojos y todavía no ha salido el sol, pero el cielo ya esta rojo. Hay dos cabras junto a los kayaks. Una imagen de postal. El cielo de un rojo como las brasas de una hoguera y a contraluz, los kayaks y las siluetas de las cabras con sus cuernos retorcidos. Immmmmmmpresionante. A partir de hoy, la cámara dormirá calentita en mi saco. Y de rabia... una horita mas de sueño.

7:30 En pie, ahora si. Ya ha salido el sol y no hace frío. Un desayuno a base galletas con leche condensada y unos zumos nos darán energías para palear. Al agua.

Tal y como decía la previsión, tenemos buen tiempo. Un mar plano, y ausencia de viento. Lo único que tenemos son algunas largas olas a modo de mar de fondo, pero casi inapreciables. Para colmo, las tenemos de popa. ¿Que mas se puede pedir?

Que placer navegar con estas olas. Es el momento perfecto para evadirse de todo, incluso del paisaje y la compañía, que aunque perfectos mi mente abandona para dejarme a mi, conmigo mismo. Supongo que algún otro kayakista me entenderá.
Simplemente siento como la pala esquimal entra en el agua y acompaña la fuerza que me dan las olas que besan mi popa, y la música que sale de esta al recorrer el agua toda su extensión. Soy uno con el kayak. Si algo me llega a la mente son las delicadas y precisas instrucciones de mi amigo Xavier enseñándome a acariciar la madera que se convertirá en mi pala... Permítanme un paréntesis personal. ( Xevi, malgrat la distancia, sovint viatges amb mi).

Estas deliciosas olas van desapareciendo y empiezan a aparecer las primeras edificaciones. Una de las antiguas prisiones que formaban el conjunto penitencial de la isla. Teniendo en cuenta las advertencias del forestal, no nos hemos acercado demasiado a la costa. Desde nuestra posición, podemos ver unos cuantos 4X4 como los del forestal. Mejor no tentar a la suerte.

Continuamos avanzando. El paisaje es mas plano y menos agreste, y al doblar un pequeño cabo... Oh sorpresa. El premio que ya no pensábamos obtener. La visión de los preciosos burros albinos de la Isla d’asinara.

Al final de lo que alcanza nuestra visión, vemos mas edificaciones penitenciarias y algún barco.
Es la puerta moderna de la Isla, donde llegan los ferrys de la gente que entra en la isla a visitar las cárceles. Tal como nos vamos acercando vamos viendo construcciones de todo tipo, mas modernas o mas antiguas. En mejor o en peor estado. La civilización ya esta aquí.

Estamos en una especia de bahía, es donde la forma de “8” que tiene la isla llega a su parte mas estrecha por la costa Este. Hay un pequeño puerto y pocos barcos, las playas están cerradas a su acceso por mar. El día es radiante y la visión es magnifica.
Paramos 10 minutos. Aprovechamos para comer algo, consultar planos, cambiar las pilas del GPS que aun lleva la primera carga y disfrutar del paisaje.
Localizamos tres objetivos.

1 Donde, teóricamente debíamos dormir.

2 Donde estaría bastante bien para ir recuperando el día perdido.

3 Donde seria perfecto. Muy cerca de recuperar una jornada completa.

Iniciamos la marcha y dejamos la bahía. Aquí el paisaje cambia. Entramos en un tramo, muy bonito, de pequeños escollos. Algunos de ellos mas grandes, a modo de isla, con su cala incluida. Formas redondeadas en sus rocas y sus pasos entre ellas. Una de estas calas, era nuestro primer objetivo. Estamos bien de fuerzas y el día acompaña a seguir navegando. Jugando con las rocas y sus pasillos, haciendo alguna foto y avanzando aunque sea despacio.

Y jugando, jugando, hemos llegado a nuestro segundo objetivo. Reunión en el mar y decidimos seguir hasta el tercer objetivo.
El destino será una cala en la parte sur de la Isla de Asinara.

Antes de doblar el ultimo rincón de la isla, nos entretenemos para hacer unas fotos a un grupo de caballos que pastan impasibles junto a nosotros. Nos hemos acercado casi sin palear, sin hablar para no espantarlos y ellos sin se han inmutado.

Los abandonamos y doblamos el ultimo recodo, ya estamos en el canal que separa la Isla de Asinara con la Isla Plana. Ya vemos la zona donde pensábamos dormir, pero hay un problema. Es una zona algo masificada y no nos gusta como zona de acampada. Aprovecharemos para cruzar el canal hasta la Isla Plana. Dormiremos allí y aprovecharemos para ganar unos metros mas.

Este tipo de travesías, siempre se nos hacen largas. Tener el destino a la vista y fijado es una situación desagradable para nosotros. Parece que nunca llegas. Si a esto le añadimos el cansancio de la jornada y algo de corriente del canal, pues que os voy a contar. Concentración y palear hasta llegar al destino. Nos hemos separado. El canal no ofrece peligro y mejor que cada uno cruce a su ritmo. Son las ultimas reservas de energía y adaptarse al paleo del otro puede ser dramático. De vez en cuando, giro la cabeza y compruebo que Montse sigue bien. Va mas despacio pero no detiene su paleo. Intento no pensar en el destino y me fijo en el agua. Volvemos a tener bajo nosotros ese color turquesa tan claro y maravilloso. Todo el canal tiene el mismo color. Es impresionante.
Palear , pensar y seguir paleando. Es mi manera de vencer el tormento psicológico que me produce este tipo de cruces o un final de jornada. Supongo que cada uno tiene su sistema.
Acercándome a tierra, voy buscando la mejor cala para desembarcar. Escojo una bajo una antigua torre de vigilancia.

Llego entre la mirada curiosa de los pasajeros de un pequeño barco de recreo que hay varado cerca de la cala.

A Montse aun le quedan unos 300m pero no deja de palear. Ha cruzado sin parar. Bien por ella. Eso si, llega exhausta. Dejamos los kayaks en la arena y oigo que espeta: Hoy nos comemos el chorizo. Lo que yo decía cada uno tiene un método para concentrarse, y el de Montse había sido el chorizo de Salamanca que llevábamos como un tesoro. Nos lo hemos ganado, así que hoy será nuestra comida.

Localizamos una piedra que ajuste a nuestras posaderas y con los pies en el agua, a mover los bigotes. “Impresionante” es la palabra. El chorizo con un poco de pan de molde esta impresionante. Lo rematamos con el clásico trifásico. Todo un exceso.

Con el estomago saciado, vamos a dar una vuelta por la isla para bajar la grasa.
Nos llega temprano la previsión del tiempo, y aunque el mar y el viento no son malos del todo, la previsión anuncia lluvia para todo el día. Subimos a la parte alta de la isla para ver las nubes que hay hacia el sur. No parece que las nubes amenacen lluvia. Ya veremos.
Con el paseo hemos podido comprobar que la isla esta repleta de agujeros y defecaciones de conejos. Parece estar plagado.

Aprovechamos que se ha ido el barco que teníamos de vecino, y nos damos un baño. Estrenaremos un jabón que nos han aconsejado para agua salada. La verdad es que ya tenemos la cabeza como una masa de pizza. La prueba es mas que satisfactoria. El pelo limpio y fino como la seda y apenas hemos hecho espuma.

Para cenar, un poco de tabulé y un cafelito bien acompañado. Hoy cenamos viendo como cae la luz.

Mientras colocamos los colchones y los sacos empezamos a ver los primeros conejos. Son minúsculos y corren por todos sitios. Espero que nos dejen dormir. Parece ser, que estas, serán las vacaciones de los animales.

Después de contar algunos aviones, cuatro o cinco estrellas fugaces (una realmente intensa), intentamos conciliar el sueño. Un conejo pasando por encima nuestro, uno husmeando mis manos y otro intentando acurrucarse en mi saco a la altura de mis pies han sido la cuenta atrás para caer en brazos de Morfeo.

miércoles, octubre 04, 2006

Un dia entre cabras.

Domingo 10 de Septiembre del 2006.

7:00 La noche, solo ha sido interrumpida por los intermitentes micro vómitos de Montse (es el proceso habitual, mi sufrimiento me ha costado acostumbrarme).

Hay un poco de viento y unas pequeñas olas. Presagio de lo que vendrá.
Hoy no navegaremos. El tiempo, no es bueno y Montse aun no se encuentra bien. Evidentemente no quiere comen nada. Es absurdo insistir, ya me conozco el paño. Además alguna vez que he conseguido que coma algo acaba vomitándolo. Al fin y al cabo ella sabe mejor que nadie como reacciona su cuerpo en este estado.

De todas formas creo que no es conveniente quedarse en el mismo lugar. Es posible que el señor del día anterior se volviese a presentar y si nos encontrase en el mismo sitio podría pensar que le tomamos el pelo. Hablo con Montse para ver si puede palear 10 minutos (ya no es la primera vez que tenemos este problema) y decidimos mudarnos de cala.

Iremos a la que originalmente deberíamos haber dormido. Cuando subimos hasta la torre de vigilancia pudimos ver que esa cala quedaba escondida. De esta forma, si nos volvemos a encontrar con el guarda, podríamos decirle, que salimos de la cala como le habíamos dicho, pero que el mar no nos dejo pasar de la siguiente cala.

Mientras nos preparamos para salir, nos damos cuenta que hemos tenido otro visitante nocturno. Un tambucho no quedo bien cerrado y alguno de los animales residentes en la zona había pasado a comerse una naranja.

El trozo que hacemos, esta movido, pasamos por una zona de rocas y ya se ven llegar las crestas de las olas que nos acompañaran todo el día. Suerte que estamos cerca. Llegamos, despacito a la nueva cala . Esta llena de algas secas y el desembarco es muy cómodo. Dejamos los kayaks y damos una vuelta para buscar un sitio donde escondernos. Aquí la cosa esta peor, es mas estamos cerca de la pista forestal. Así que, nos quedamos allí mismo. Si viene alguien ya nos apañaremos. Montse hace rato que no vomita, le propongo comer algo. Le he dado un plátano a ver que tal le sienta. A dormir otro rato y descansar. Mientras ella duerme, yo aprovecho para volver a explorar la zona, comer algo y seguir escribiendo.

12:00 Montse despierta ya con un mejor color de cara. Parece que ya esta bien. Ahora toca seguir alimentándola. Un buen plato de fideos chinos y un buen trifásico de Marie brizard y leche condensada reaniman a cualquiera.

Un largo paseo y un bañito nos alegran la tarde. Hemos encontrado una zona entre rocas que se llena de agua a modo de bañera. Ahí sentados, nos entretenemos en ver pasar cabras. Parece un desfile. No pasan ni 20min sin que veamos a un grupito de tres o cuatro. Evidentemente como banda sonora del desfile, de vez en cuando los rebuznos de los famosos (e invisibles burros).
Tenemos suerte, de momento no ha venido ningún animal de dos patas a visitarnos.

A media tarde, llega la previsión del tiempo. Parece que al día siguiente, tendremos buen tiempo para navegar, aunque por la tarde se levantara algo de viento. Intentaremos avanzar un poco para recuperar el día perdido. Todo dependerá del viento de la tarde.
Continúan pasando cabras, es muy divertido. Ahora una negra... mira esa marrón... uy esa que cara de mala leche tiene.

Aunque, hay una cosa que nos llama la atención. Van a beber agua a un sitio en concreto. Esta muy cerca del mar, pero en medio del acantilado.
No sabemos si es que es un punto de agua dulce, o bien es agua salada, pero se sienten mas seguras a la hora de beber, estando en el acantilado. Es un misterio.

Empieza a caer la tarde y hemos aprovechado para reordenar los compartimentos de los kayaks. Hemos bebido bastante agua y la comida también se ha reducido. Necesitamos redistribuir los pesos.

Una vez que ha quedado todo ordenado, nos disponemos a preparar la cena, pero justo cuando cogemos los trastos, aparece otro 4X4 verde con cinco personas dentro.

Esta vez son los forestales. Como dos tontos intentamos disimular, pero evidentemente nos habían visto. Frenan de golpe, y baja el conductor. Es un hombre joven, con barba. Igual que el día anterior, muy amablemente nos pregunta si tenemos permiso y nos dice que no podemos estar ahí. Le explicamos, que ha sido por causa mayor, que el mar ha estado todo el día levantado y era imposible navegar.

Dice que lo comprende, pero... le decimos que a primera hora de la mañana siguiente, con el sol, partiremos rumbo sur. Parece que realmente se hace cargo de la situación, y nos dice que hará la vista gorda, pero que intentemos al día siguiente acabar con la navegación en la isla. Según el, estar en ella tiene una multa penal muy alta. Pensando que quizás no podamos acabar toda la parte este de un tirón al día siguiente, le pregunto si hay una zona, mas adelante donde se pueda parar, pero al parecer no la hay. Le comento el problema de distancias, y dice que lo único que el puede hacer, es volver a hacer la vista gorda si nos encuentra, pero que no podía responder de lo que pasaría si algún compañero suyo nos encuentra. Hablamos sobre los permisos, que nadie me ha dicho como pedirlos, ni que tuviera que pedirlos, tal y como nos había comentado el señor de verde del día anterior,(evidentemente sin decir que ya nos habían dado la charla) y dice que no se dan permisos, que aunque lo hubiésemos pedido no los hubiésemos obtenido. Supongo que no se deben dar de un día para otro y a cualquiera, pero si con un informe de la actividad o algo así. Le decimos que este tranquilo por el entorno, que no estropearemos nada ni notaran que hemos estado allí. Sonríe y tras darnos la mano nos deja. Fffffffffffffffffffff

Así es que ya que éramos delincuentes encubiertos, ya podíamos estar tranquilos. A cenar. Hoy el menú será un maravilloso puré de patatas con gusto a nata y unos Frankfurts. Acompañado, como no, del correspondiente trifásico.

Preparamos los sacos y a dormir. Mañana hay que salir de aquí.